jueves, 6 de marzo de 2025

El secreto del orfebre

Amor a través del tiempo.

Juan Pablo (Mario Casas) es un orfebre de Barcelona que en 1999 vuelve al pueblo de su juventud, donde tuvo un precioso amor de verano en 1976 con Celia (Michelle Jenner), una mujer mucho mayor que él y a la que nunca pudo olvidar, y que a su vez nunca pudo olvidar un amor que tuvo cuando ella era más joven.

Pero cuando vuelve a ese pueblo se da cuenta de que ha viajado nada menos que a 1953 y allí conoce a Celia cuando solo es una chavalilla (Zoe Bonafonte), e irremediablemente volverá a surgir el amor, descubriendo Juan Pablo que él era aquel hombre al que Celia nunca pudo olvidar. Una rueda de amor imposible en el que ambos parecen condenados a no poderse encontrar jamás.

La película es sobre todo muy bonita, con una Celia de la que es imposible no enamorarse (en ninguna de sus modalidades) y que cuida muy bien la estética de la época, aderezada con una hermosa sintonía de piano que hace que el conjunto resulte muy agradable.

Pero ahora viene la parte mala, y es que podría haber sido una película redonda pero el final resulta excesivamente abrupto, planteando un epilógo que podría haber hecho que la película fuera redonda y que se queda a medio contar. Eso no hace que el resto me guste menos pero sí me hizo salir del cine con la sensación de un cierto vacío, de historia incompleta. 

Supongo que podríamos entender que es una manera de hacernos sentir como sus protagonistas, que nunca pudieron ver sus historias completas o que simplemente el libro en el que se basa (una novela muy cortita) da para lo que da y no se quisieron meter a inventar cosas nuevas.

Pero echando en falta lo que no pude ver, lo que sí vi me gustó bastante.

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