¡Mentalidad de tiburón!
Ni un verano sin su película de tiburones matando gente. Aunque en este caso no son ellos los animales peligrosos sino Tucker, el gerente de una empresa australiana de tours costeros que organiza inmersiones para turistas. Pero todo el mundo tiene un hobby, y el de Tucker es matar gente. A veces los apuñala y otras, cuando tiene más tiempo, los graba y los echa a los tiburones. Una forma de expresión artística como cualquier otra.
Todo le va bien hasta que secuestra a Zephyr, una surfista de armas tomar que se pasará toda la película escapando y siendo capturada porque, por lo que sea, no le hace gracia ser alimento para escualos. Y como Zephyr es dura, tanto que es capaz de arrancarse su propio pulgar a mordiscos para liberarse de unas esposas (prometo que esto es literal) y de seguir como si nada. ¿Que hay que trepar por un palo mojado? Se trepa. ¿Que hay que ir nadando desde el barco hasta la costa entre tiburones? Se nada.
Así pues, no es de extrañar que el pobre Tucker acabe derrotado por tan intrépida muchacha, en una película que a medida que avanza se vuelve tan ridícula que eso la termina haciendo disfrutable. No llega a los niveles de sublime genialidad de Sharknado, pero le daremos el visto bueno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario