lunes, 1 de febrero de 2010

Scribblenauts

 
Más o menos así son los gráficos

Este juego, de Nintendo DS, tiene ya su tiempo, pero como este fin de semana le he estado dando bastante caña, pues lo refresco mediante artículo en este blog.

Si una palabra define a este juego, ésa es ORIGINAL. Scribblenauts más que un juego es un concepto rompedor, un juego con una libertad casi absoluta, donde las únicas limitaciones son la imaginación (y la capacidad léxica) del jugador.

Argumento como tal no tiene, pero nos pone en la piel de un monigote llamado Maxwell, al que tenemos que ayudar a resolver desafíos (que pueden ir desde destruir a un vampiro hasta comprar fruta y pagarla) con un sistema totalmente innovador. Ahí está la gracia del juego, que no hay caminos prefijados, y prácticamente cualquier cosa puede valer. Por ejemplo, pueden pedirnos que eliminemos a una mosca. Podemos invocar una tarántula, golpearla con una raqueta, lanzarle una red, invocar a Cthulhu y que la devore... y casi cualquier cosa que se nos ocurra, por retorcida que sea, puede valer.

Piensa, Maxwell, ¿qué puede matar a un vampiro?

Cada pantalla nos da una pista de lo que hay que hacer, y en algunas tocará devanarse el cerebro, sobre todo si queremos ser creativos y no repetirnos (no todo va a ser tirar de lanzallamas) con el afán de lograr combinaciones psicodélicas, y ver que podemos invocar desde lo más cotidiano (lápiz, coche, patata) hasta cosas más retorcidas (esfingomanómetro, Chuck Norris, rabino) e incluso toda una retahíla de seres mitológicos (goblin, dragón, hidra, Dios...) y lo mejor, comprobar las pijadillas del juego. Ver cómo un zombi convierte en zombis a los demás, o cómo lanzarle plata a la cara a un hombre-lobo lo convierten en humano, no tiene precio.

Para todo lo demás, recomiendo probar el juego. Además, tiene lo bueno que podemos tirarnos horas y horas haciendo el chorra, experimentando (que si me subo en una cebra y voy armado con una katana, que si enfrento a un ninja contra un payaso, que si meto a este señor en un horno...) y haciendo el tonto. Pues nos da que tenemos juego para horas. Pero lo mejor, probarlo y sacar conclusiones, pero ojo, que puede ser adictivo.

Trailer

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