El héroe que nadie necesita.
Basada en el cómic homónimo, El vecino es una simpática comedia costumbrista, mezcla de Superlópez y el Gran Heroe Americano, nos cuenta la historia de Javier, un camarero de barrio que se ve convertido en superhéroe después de que un misterioso alienígena le legue su medallón, que permite cambiar inmediatamente de ropa, y sus pastillas, que otorgan poderes como superfuerza, vuelo o regeneración.
La serie, casi más una sitcom que otra cosa, se centra sobre todo en la vida personal de Javier y su entorno, donde están Lola, su novia (o algo), Julia (su vecina y amiga de Lola) y José Ramón, un opositor a juez que se muda a Madrid para preparar las oposiciones y acaba convertido en compañero de piso de Julia y mejor amigo (y confidente) de Javier.
Sin un gran despliegue argumental, la serie es simplemente las cosas que le pasan, y cómo se va convirtiendo en un fenómeno viral, y se centra en temas muy de actualidad, como la precariedad laboral, las redes sociales o las casas de apuestas, a las que les da muchísima (y merecida) caña.
La serie me ha gustado, prueba de ello es que me la he visto en tres días, pero he echado en falta que diera algo más de peso a la trama superheróica y he echado en falta un villano a la altura (lo más parecido que tiene a un malo es, literalmente, Andoni Ferreño). Luego tiene algunos detalles cutrecillos, y un aire (que no sé si es deliberado) casi de webserie, pero creo que no le va mal. Y es que hay que perder el miedo a que haya series que sean mero entretenimiento.
Ahora espero que hagan segunda temporada, porque la merece y también la necesita. Y puede dar bastante juego.
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