sábado, 18 de enero de 2020

Jojo Rabbit

Inclasificable.

La verdad es que Jojo Rabbit no se parece a lo que yo me había imaginado viendo el trailer, aunque me ha encantado igual. Con la premisa de un niño nazi que tiene a Adolf Hitler como amigo imaginario, esa fotografía tan colorida y un director ran gamberro como Taika Waititi yo me estaba imaginando una gamberrada con forma de comedia absurda, de carcajada constante. Pero para mi (agradable) sorpresa me he encontrado una película que, cumpliendo con la premisa de ser divertida, tiene bastante más profundidad, y nos ofrece una historia sencilla pero tierna, con momentos entrañables y tocando el amor, la amistad, el sacrificio, el cambio de valores...

Jojo es un niño nazi que, producto de su época, aspira a ser el übermensch perfecto y llegar a formar parte de la guardia personal del Fuhrer. Leal al Reich, odia a los judíos, aunque no sabe ni lo que son, y acude con gran ilusión al campamento de las juventudes hitlerianas donde, con la ayuda de su amigo imaginario Adolf Hitler, llegará a ser el supersolado.

Pero un ridículo accidente cambia las cosas y se ve obligado a quedarse en casa, donde descubre que su madre esconde... ¡una chica judía! Y no cuento cómo sigue, que no quiero hacer spoilers.

Con un estilo muy particular, Jojo Rabbit encaja perfectamente en la categoría de clásico instantáneo, logrando una peculiar combinación de ternura, humor ácido y escenas de gran tensión (maravilloso el agente de la Gestapo) que no dejará indiferente a nadie.

Maravillosa.

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