sábado, 7 de marzo de 2020

Onward

Pixar presenta: los elfos tienen sentimientos.

El problema de las películas de Pixar es que han puesto el listón tan alto que todo lo que no sobrepase la matrícula de honor nos sabe a poco, y que películas como Onward nos puedan parecer un poco decepcionantes.

Vale, no es la mejor de Pixar. No es una genialidad como Inside Out, Coco o Buscando a Nemo, pero es una muy buena película. Le falla que no explota su premisa todo lo que debería, pero técnicamente es un regalo para la vista (algunos paisajes parecían tal que imagen real grabada a 1080), con una historia muy divertida y un final muy emotivo (la parte de hacer llorar la cumple).

Nos plantea un salto al futuro (de ahí el título) en un mundo de fantasía en el que la aparición de la tecnología ha hecho desaparecer la magia y ha desembocado en un mundo en el que las criaturas de fantasía (elfos, unicornios, trolls, centauros...) viven con el clásico estilo de las películas americanas. Y el día de su 16º cumpleaños Ian recibe un regalo mágico que le hará embarcarse, junto con su hermano Barley, en una alocada y épica aventura contrarreloj.

Me falla que va con el freno de mano y no saca todo el jugo que podría haber sacado al tema de que son criaturas fantásticas, y de hecho en gran parte de la película, simplemente es como si fueran humanos de piel azul, lo que es una pena. Pero siguiendo el consejo de la película, prefiero quedarme con lo que sí nos da, y es que la película es muy divertida, se pasa volando y la historia del amor fraternal entre Ian y Barley es sencillamente preciosa.

Así que, si la valoramos según los estándares exigidos a Pixar, se nos queda un tanto coja. Pero "película floja de Pixar" sigue siendo una muy buena calificación y es, desde luego, una película que merece muchísimo la pena.

Por cierto, no tiene escena postcréditos. 

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