Obviamente no iba a poner la pantalla del curro con datos de verdad.
Hoy sonaba el despertador a la hora habitual, pero después de ducharme, vestirme y desayunar no he ido a la oficina, sino al ordenador. Y no es porque esté de baja ni de vacaciones, sino porque por primera vez (en este trabajo) tenía que trabajar desde casa.
Como suele pasar con estas cosas, los primeros intentos han sido infructuosos. Primero tocaba descargar el programa de VPN, fácil. Luego instalarlo, hasta ahí bien. Llegaba el momento de conectarme a la red... error. Me chivan por el pinganillo que hay que poner otra cosa, lo hago y bien.
Llega el momento de conectarme en remoto a mi equipo. Paf, golpe contra el muro.
Lo intento de todas las maneras posibles, me aseguro (preguntando a las compañeras que estaban hoy en la oficina) de que está encendido y estoy metiendo bien el número, pero nada. Llamo al CAU... en espera, en espera, en espera... (lógico). Cuando por fin me cogen, les refiero el problema y me dicen que lo van a mirar, que está pasando a más gente.
Lo intento de todas las maneras posibles, me aseguro (preguntando a las compañeras que estaban hoy en la oficina) de que está encendido y estoy metiendo bien el número, pero nada. Llamo al CAU... en espera, en espera, en espera... (lógico). Cuando por fin me cogen, les refiero el problema y me dicen que lo van a mirar, que está pasando a más gente.
Espero, espero, espero... vuelvo a llamar a media mañana y por fin me lo pueden solucionar: lo estaba haciendo bien a la primera, pero los servidores estaban tan saturados a primera hora que por eso no autenticaba bien.
Por fin con eso he podido tomar el control de mi ordenador y puedo trabajar con normalidad (o toda la normalidad que me permite no tener a los usuarios al lado, no tener el papel en la mano y no poder coger ni desviar llamadas del call, que será la pelea de mañana).
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