Esa cara se me ha quedado tras ver el partido.
No podía imaginar aquel ya lejano 8 de marzo de 2020 que el partido contra el Obradoiro iba a ser el último que iba a poder ver en mucho tiempo (ya sabéis, eso de un catarro malo, unas semanas en casa, una temporada y media con partidos a puerta cerrada...). Pero hoy, por fin, ha sido el día en el que por fin Miribilla ha podido jugar un partido con público (hubo uno de Eurocup el año pasado, pero no me tocó entrada) y algo más de año y medio después, ahí estaba yo viendo jugar a mis men in black.
Del partido poco que decir, pues ha sido una derrota aplastante contra un rival que se ha mostrado muy superior al Bilbao Basket, en el que cada uno parecía hacer un poco la guerra por su cuenta. Pero en fin, son nuestros jugadores y hay que quererlos igual. Otros días se dará mejor la cosa y hoy, desde luego, lo importante no era el resultado.
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