Esa es la única bandera rojiblanca que espero ver este fin de semana.
Esta vez lo de escaparme no es tan metáfora, ya que este fin de semana es uno en el que no me apetece estar en Bilbao. Un equipo local de fútbol va a jugar una final, y sus aficionados, que aquí son legión, llevan toda la semana dando la tabarra con ello. Quien me conozca ya sabe lo que opino de dicho equipo y todo lo que le rodea, así que me ahorro las explicaciones.
Cuando vi que se clasificaban (en Bilbao es literalmente imposible no enterarse) busqué vuelos baratos para este fin de semana, y apareció uno muy bien de precio a la capital polaca, así que me lancé. ¿Y qué hay en Varsovia? Ni idea, ya lo descubriré allí, pero desde luego sé lo que no me voy a encontrar.
Seré feliz si soy capaz de irme hoy a la cama sin saber siquiera cómo ha terminado el partido de marras.
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