Shang-Chi y los diez minutos de oxígeno.
"La realidad supera la ficción" es una frase que pese a ser muy manida es cierta, y a veces pasan cosas que si las cuentas parecen una exageración. Es el caso de Chris Lemons, un submarinista que se quedó a la deriva en el fondo del mar del Norte, y hasta que lo rescataron se tiró media hora sin oxígeno. Pero lo más sorprendente de todo es que cuando consiguieron reanimarlo (con relativa facilidad, además) salió tan campante y sin secuelas graves. Tanto que tres semanas más tarde ya se había reincorporado al trabajo.
Con esto ya he dicho de qué va la película, que nos cuenta cómo se sumerge, cómo el barco del que dependían tuvo problemas por culpa de una terrible tormenta, cómo se le rompe el cable y cómo se le va terminando el aire.
La película está bien, pero tiene tres problemas. Uno es que ya sabemos cómo va a terminar, lo que le quita emoción al asunto. Otro es que es demasiado oscura, que es lógico, pero hace que sea un poco pesada. Por último está que el argumento es demasiado irreal para creérselo, y tiene cosas que no se las compras ni a Misión Imposible. ¡Pero es que ocurrió así!
Sí me gustó el epílogo, con el Chris Lemons real y sus compañeros, que es muy formulaico pero encaja bien y le da un puntito más emotivo. Decir también que vista la película investigué cómo era de cierto lo que contaban, pero todas las fuentes indican a que, por inverosímil que resulte, lo fue.