martes, 5 de enero de 2010

Los Reyes Magos

Felipe Borbón siempre tuvo claro quiénes eran realmente los Reyes.

Hoy es la noche que muchos niños esperan, para recibir sus regalos, y que muchos adultos esperan para poder tener un festivo. Pero al igual que ya hiciera hace un par de semanas con el Olentzero, hoy desmontaré el mito que rodea a estas figuras (pero sin hacer spoiler).

Nos cuenta la historia, en su versión tradicional y es comunmente aceptado que estaba el Niño Jesús en su cuna, recién nacido, y que 3 reyes procedentes de Oriente (aunque nunca se nos ha explicado qué países gobernaban) fueron, guiados por una estrella, a llevar regalos y dádivas al futuro Mesías. Oro Melchor, incienso Gaspar y mirra Baltasar.

Vamos por puntos, que la cosa tiene miga. Primero nos dicen que vienen de Oriente, y vemos que Baltasar es más negro que un escarabajo en un solarium. ¿De Oriente de dónde? ¿Del África Oriental?

Luego nos dicen que no, que Baltasar no siempre fue negro, que eso fue una operación de marketing, por la cosa de la corrección política, un poco como Michael Jackson pero al revés. Por tanto, nos encontramos aquí con el primer caso documentado de Kingpinismo de la Historia.

Y los otros dos, pues en fin. Pinta de pakistaníes, árabes o chinos tampoco tienen (no olvidemos que Belén pilla por Palestina), así que su coartada resulta poco creíble.

Pero vamos ahora a los regalos. No voy a entrar en materia, y obviaré lo de la mirra. ¿Quién coño sabe qué es la mirra? Claro, me vendrá el típico listillo a decir que la mirra es una sustancia rojiza resinosa aromática que se usaba como tinte en la antigüedad. Sí, yo también sé consultar la wikipedia.

Pero vale, ¿quién le regala mirra a un crío? ¿e incienso? Veamos. Así que unos tipos venidos de Oriente trajeron a tu hijo esta cosa que echa humo aromático y una sustancia resinosa también aromática. Y te la trajeron en "camello". Comprendo, san José, Buen intento, pero no cuela.

¿Y el Oro? ¿A santo de qué va un rey a pegarse una pechada de cabalgar para llevarle oro a un niño? ¿A un bebé que duerme a la intemperie en un portal? ¿Al hijo de un don nadie?

La explicación más evidente es que la "virgen" María era una de las concubinas de Melchor, a quien le gustaban jovencitas, las cogía vírgenes, y cuando ya no le servían las regalaba. En este caso a su buen amigo y cliente José de Arimatea. Solo que a veces los accidentes (en forma de embarazo) ocurren, y el revuelo que podría ocasionar saber de quién era hijo el tal Jesús, podía tener consecuencias políticas gordas (no es casualidad lo de "Rey de reyes") así que el oro era el pago por el silencio de José, es evidente.

¿Y Herodes? ¿Qué papel juega en todo esto?

Herodes I, quien por cierto falleció allá por el 4 antes de Cristo, era el procurador de Judea, y como tal, se encargaba de velar por el cumplimiento de las leyes, cosa que no gustaba a todo el mundo. Concretamente esto no gustaba mucho a José, que a sus 60 años no había trabajado en su vida y vivía plácidamente de las ayudas sociales y sus trapicheos.

Para él una mujer jovencita, casi una niña, era todo un regalo, y sobre todo el hijo, ya que así podía cobrar las ayudas por recién nacido. Pero pasa que en su lucha contra el fraude, Herodes quiso enviar inspecciones a todos los hogares en los que hubiera niños menores de 2 años. Y como quiera que Jesús no cumplía los requisitos (pues el oro de Melchor lo habían puesto a su nombre para evadir impuestos) pues le iban a cazar y le iba a caer un multazo de los gordos, así que se empadronaron todos en Egipto y pudieron así burlar nuevamente la normativa. Y lo del infanticidio, pues una hábil maniobra de desprestigio, claro está.

Y tras haber proferido mi sesión de blasfemias de hoy, rogando a quien se pueda sentir ofendido que se lo tome con humor, cierro, y si me veo con ganas, en un par de meses, en Semana Santa (si ningún integrista religioso ha pegado fuego a mi casa) obra y milagros del Niño Jesús.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahhhhhhhhhhhhhhh, quitas la ilusión a cualquiera