lunes, 25 de enero de 2010

La cinta blanca

"Recordad, hijos: si pecáis os haré ver esta película" -Dijo el reverendo Peter Griffin

Alemania, 1913. Una cosa une al espectador que entra a la sala de cine y a los protagonistas de este filme, y es que ninguno sabe qué es lo que se le va a venir encima. A los personajes la Gran guerra, a los que van a ver esta película, menos afortunados, el visionado de este insufrible tostón que es la cinta blanca.

Y es que está claro que a su director, Michael Haneke le gusta explorar sobre la maldad humana, y así como en Funny Games parecía disfrutar torturando a sus infortunados protagonistas, aquí hace lo propio con los incautos espectadores, sometiéndolos a 140 minutos de tedio.

A medio camino entre filme costumbrista y thriller sobre la naturaleza del ser humano, la Cinta blanca, que hace alusión a la pureza y la bondad, no tan omnipresente como debería, muestra una estética de película vieja y un ritmo lento. Cansino. Soporífero.

Una serie de desagradables acontecimientos sobrecogen una pequeña aldea alemana; un grave accidente (provocado) del médico del pueblo, dos niños que aparecen brutalmente maltratados, y(pensaron en incluir el estreno de una película de Michael Haneke, pero resultaba demasiado cruel), y nos va mostrando cómo es la vida, el día a día, en la Hacienda, mostrando al Barón, al administrador, al ultraconservador y rígido pastor, a los inquietantes niños del pueblo, y al joven maestro de escuela, que es quien nos cuenta la historia, ya de anciano, con una voz en off.

Puede que la película tenga alguna escena interesante, como la discusión entre el médico y su mujer (¡qué horror de hombre!), pero lo cierto es que la película cuenta en 2 horas y pico algo que podría contarse perfectamente en media hora. Y la única diversión consistía en identificar a los actores de doblaje (el pastor era Peter Griffin, el médico era Will Adama, la baronesa era Blossom, y uno de los niños Bart Simpson). Aunque admito que tal vez el error fuera ese, verla doblada.

Por tanto, salvo que se sufra de insomnio galopante, me veo en el deber moral de desaconsejar esta película.

Mi crítica en Muchocine.net

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