jueves, 23 de junio de 2016

Pueblos malditos: los quinquis o mercheros

El quinqui más famoso.

Y… ¿Qué decir de los Quinquis? 

La verdad es que ahondando en el tema de los llamados PUEBLOS MALDITOS, es curioso comprobar que todos están, directa o indirectamente, relacionados con los descendientes de los antiguos moradores de la península, moros y judíos, que fueron perseguidos, marginados, si accedían a “convertirse” y expulsados y despojados de sus bienes si no lo hacían. Un claro ejemplo lo encontramos en la actuación de Los Reyes Católicos, quienes “limpiaron” nuestra geografía. No obstante, todos estos colectivos marginados fueron considerados impuros durante generaciones. 

Si buscamos la definición de Quinqui en un diccionario probablemente nos encontremos con esto: “Persona, generalmente de origen marginal, que vive de cometer pequeños actos delictivos”. Sin embargo la palabra proviene de un grupo social dedicado tradicionalmente a la venta ambulante o "buhoneria", (venta de quincalla o metales baratos) frecuentemente desarraigado de una residencia estable y bordeando, a veces pero no necesariamente los límites de la delincuencia; gentes trashumantes que, la mayor parte de las veces, ni siquiera se inscribían en el Registro Civil y que carecían de toda documentación legal, con lo que quedaban, por ello, exentos de cumplir con el servicio militar.

Conocedores expertos de caminos, veredas y trochas, buscando las sendas menos frecuentadas, muchas veces llegaron a confundirse con contrabandistas y maleantes, con los que en ocasiones habrían de integrarse aún a su pesar, a lo largo de los siglos XVI y XVII. Se trata de una minoría que se ha resistido a ser absorbida por el resto de la población, siendo mantenido el deseo de segregación vivo, entre unos y otros, sobre todo con su habitual práctica de la endogamia. 

Rodrigo Pitá Mercé, en su libro titulado "Lérida morisca", llega a la conclusión de que los quinquis, son descendientes de moriscos que no acataron la orden de expulsión en 1609, y adoptaron una vida nómada y fuera de las estructuras del estado, para evitar el control de la justicia. 

Ya antes del decreto de expulsión, los moriscos que por cuestiones religiosas, tenían muy restringido el acceso a profesiones y oficios realizados por cristianos, se dedicaban a los oficios de arriero, trajinero etc. Se les tachaba de haraganes, mal hablados y hurtadores, desmandados de la vida social ordinaria; sin embargo, se reconoce que, viviendo de un modo anómalo y heterodoxo, no dejan de ser buenos trabajadores, cumplidores de su oficio, sin pereza para madrugar y caminar toda la jornada para no perder una migaja de su ganancia. Su vida es, en sí, contradictoria y difícil-mente comprensible, si no se piensa que estaba motivada, en muchos casos, por otros parámetros morales y étnicos. También se les denomina Mercheros (términos que ellos prefieren) Aunque en un principio vivían en Castilla la Vieja, el valle del Ebro y el norte de Extremadura, existen también pequeñas comunidades en Galicia y en Portugal. 

Hay quien les considera una rama de los gitanos, de los que hablaré otro día. Sin embargo, no existen similitudes físicas, culturales ni lingüísticas entre los quinquis y los gitanos españoles, y esta teoría carece de fundamento concreto. Incluso, a menudo desdeñan a los gitanos. Excluidos de los gremios, discriminados por sus colegas del país menospreciados por la iglesia a causa de su pobreza, los quinquis formaron un grupo aparte y de dedicaron a viajar en carromatos por las llanuras de Castilla y por el valle del Ebro durante varios siglos. Muchos poblados quinquis están situados cerca de las antiguas rutas de las caravanas. En la actualidad, casi un 85 por 100 de ellos viven en suburbios pobres y el resto en zonas rurales dispersados por todo el país. Hasta hace pocos años, su vida se centraba en un carro profusamente decorado y cubierto de lona. Unas bolsas de tela alquitranada, sujeta con cadenas al suelo de la carreta, contenían la ropa y las pertenencias de la familia. Debajo del asiento delantero iban los colchones enrollados. En el interior, al fondo, colgaban inmaculadas ollas y sartenes de cobre. 

La casa-carro albergaba una familia; es decir, un matrimonio y sus hijos e hijas solteros. Los abuelos solían vivir con una hija casada. Las mujeres vestían faldas largas y blusas de encaje y se recogían el largo cabello rubio en un moño o en trenzas. Los hombres llevaban traje de pana, camisa de cuello abierto y sombrero de paño. Las familias viajaban en grandes grupos durante el verano y en invierno acampaban cerca de una población. 

La piedra angular de la vida quinqui es la familia. Es básicamente una sociedad patriarcal. El padre tiene autoridad absoluta sobre sus hijos (en caso de fallecimiento del padre, esta autoridad pasa al hijo varón mayor). A diferencia de los gitanos, no tienen jefe de tribu. 

Su vida es una austeridad espartana; comen poco y beben aún menos. Tienen pocas distracciones, y, a diferencia de los gitanos, no son aficionados a la música. Su habla está cargada proverbios. El vocabulario es una mezcla de castellano antiguo y de las palabras creadas por ellos. 

No celebran ritos matrimoniales. Las parejas se unen por el sencillo procedimiento de la fuga (que suelen producirse con el consentimiento de las familias) o por “adjuntamiento”. Se exige a ambos cónyuges fidelidad absoluta y total infidelidad es castigada con la expulsión del clan. 

Los Quinquis han sido y son todavía objeto de persecución oficial. Una ley contra el nomadismo, promulgada por Carlos III, establecía que los trasgresores fuesen marcados a fuego con el escudo de armas de armas de Castilla. Hasta finales del siglo XVIII fue práctica habitual el azotarles públicamente. La iglesia les excluyo de la recepción de los sacramentos durante décadas, debido a su condición nómada y a su forma de vida independiente. 

Hace unos años, los quinquis atrajeron la atención nacional a raíz de un hecho concreto. Tres jóvenes chabolistas hallándose en dificultades económicas, atracaron una joyería de Madrid, en la primavera de 1965, y mataron accidentalmente a un vigilante cuando huían. Eleuterio Sánchez Rodríguez, alias "El Lute", era uno de ellos. 

Hay muchas teorías sobre el origen de Quinquis. Ellos se consideran: 
a) Los descendientes de los campesinos que perdieron sus tierras en el siglo. 
b) El producto de una mezcla de los romaníes y no romaníes.  
c) El Morisco descendientes de los musulmanes que se volvió al nomadismo a escapar de la persecución. 
d) Una mezcla de los tres anteriores. 

-Por Itziar Laborda

2 comentarios:

Unknown dijo...

Honor, Lealtad, sacrificio, compromiso, violencia y familia. Esto es un Merchero.

Unknown dijo...

Somos rubios y de ojos azules, si no lo decimos nadie sabría de mi linaje merchero. Podemos introducirnos en las redes del sistema social y ocupar puestos de trabajo dónde encontrar la mejor información para convertirnos en intocables, manipular, jugar con la mente de los ciudadanos y acumular grandes riquezas delante de tú cara y jamás sabrás que es lo que soy.