¡Muérete de envidia, Nolan!
Me gustó mucho la primera película de Lego, y sin ser un fan acérrimo me gustan los cómics de Batman, así que esta película me pillaba con ganas. Sin embargo, también me suscitaba muchas dudas, pues es verdad que olía a que podría pecar de tratar de estirar demasiado el chiste, y de que el este Legobatman tan paródico pudiera ser un buen complemento pero un horrible protagonista.
De hecho, el comienzo de la película adolece exactamente de ese fallo: estira el chiste y es algo soso y sin gracia. Por suerte, en seguida remonta y se convierte en lo que tiene que ser: una gamberrada llena de detallitos y referencias (algunas muy frikis) y tremendamente divertida, con puntazos geniales y un resultado glorioso, en la que posiblemente sea una de las mejores incursiones de los cómics de DC en la gran pantalla, pero lo mejor es que no se olvida de ellas, y acaba repartiendo cera a todas. De alguna manera, coge el tono cómico de la genial Deadpool y juega a entretener al público, sin más pretensiones que las de divertir y hacer reír. Y vaya si lo consigue.
Aparte de lograr lo que no consiguieron Ledger ni Leto: llevar al Joker al cine.
Aparte de lograr lo que no consiguieron Ledger ni Leto: llevar al Joker al cine.
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