Pollo Negro derribado.
Empiezo con lo malo: película que casi parece un anuncio de las FFAA, donde la bandera nacional mola mucho y nuestros soldados son héroes, que se enfrentan a un ejército de malos muy malos, que son todos iguales y traicioneros, pero como somos los buenos, la disciplina, el sacrificio y el compañerismo harán que el lado de la luz se alce victorioso. Uesea, uesea... digo... ¡Epaña, Epaña!
Venga, cierto. ¿Pero a fin de cuentas, no peca un poco de eso gran parte del cine bélico? ¿No pecan un poco de eso muchas de las grandes películas del género?
Aceptado eso, y aceptado que esto es una película de guerra, la valoración en su contexto me sale positiva, con un filme que mantiene en tensión cuando no pasa nada y nos hace saltar en la butaca cuando empiezan los tiros. ¿Y no se quejan los detractores del cine español (esos que normalmente no ven cine español y aún así sentencian) de que es todo guerra civil? Pues no, oigan, aquí una película de guerra ubicada en otro frente, concretamente Afganistán.
En ella, un convoy militar es emboscado, y un mal aterrizaje hace que un valioso helicóptero de salvamento médico quede derribado, y hay que tomar la decisión de abandonarlo o arriesgar las vidas de varios militares haciendo noche en ese terreno tan peligroso y lleno de enemigos armados, para custodiarlo mientras llega un medio de transportarlo. Algo que no va a ser nada fácil
Recordando mucho a películas como "En tierra hostil" (hasta en el título), "El único superviviente" o un poco "El francotirador", por ir a referencias recientes, esta película no tiene mucho que envidiarles. Podrá gustar más, podrá gustar menos, pero para mí juega en la misma liga, y se ve que cuando hay medios para ello se pueden hacer cosas majas. Bien por Adolfo Martínez, que a pesar de su nada desdeñable experiencia como director artístico, debutaba aquí, y con muy buena mano, como director. Una gran película del género.
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