No todo deja mal sabor de boca, esto estaba rico.
Empezando por el final, lo más importante de este fin de semana, y también lo más trágico, es el resultado de las elecciones generales, con el terrible ascenso del partido nazi (tercera fuerza política en España, lo que hace que me den ganas de llorar), desplazando en el ranking de disgustos a la derrota del Bilbao Basket (¡puto robo!) y que encima ganara el Athletic, que está lejos de caerme bien.
Vamos al viernes, cuya mañana dediqué a currar en la lonja y luego pude comer gratis, canjeando un cupón de regalo que me habían dado hacía dos años y caducaba el mismo viernes. Por la tarde fui un rato a la lonja y luego a una fiesta inaugural del piso de unos amigos, aunque me marché más o menos pronto, cuando la alergia a su gato empezó a hacer de las suyas.
El sábado por la mañana a seguir currando en el suelo de la lonja y por la tarde, antes del partido, una de Zombicide. Del basket sin comentarios, y luego cena con Aitor y Koldo, rememorando viejos tiempos y poniéndonos gochos a sushi.
Domingo por la mañana, un rato de consola y a votar, me da igual que llueva y es algo que tengo muy claro: bajo ningún concepto me plantearé nunca la abstención como opción válida. Y menos cuando hay fascistas en las elecciones. Luego a tomar unos pinchos with my señora y por la tarde ensayo de las impros, que tenemos actuación el día 30 en Barrika. Luego una Coca-Cola para cerrar el fin de semana y a casa.
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