Un monstruo viene a vernos.
Un juego cuqui de plataformas y gráficos monos que... No, Inmost es una bofetada a mano abierta. ¿Es un juego ligero de plataformas con gráficos monos? Eso sí, el estilo pixel art que ofrece es realmente bonito y en el aspecto jugable es realmente sencillo, con puzzles muy intuitivos y un desarrollo en el que es fácil no atascarse. Pero la magia de Inmost, si es que cabe usar esa palabra, está en la historia que nos cuenta, y esta es demoledora.
En tres frentes jugables, manejamos a una niña encerrada en su casa, un hombre correteando por un mundo de fantasía y un caballero enfrentándose a las sombras, sirviendo esos tres frentes para contarnos una durísima historia sobre la depresión, el duelo y la pérdida, de tal manera que nos va insinuando su trasfondo hasta que al final nos golpea con la explicación de lo ocurrido y nos deja clavados en el asiento.
Una joyita que puede recordar mucho al Braid (pero sin aquellos puzzles tan retorcidos) y que no debería pasar desapercibida. Además es un juego cortito que en 3-4 horas está ventilado.
Además de la historia que cuenta, el juego consigue transmitir su atmósfera con el uso que hace del color y sobre todo su excelente banda sonora, que logra conmover, emocionar e incluso asustar (la primera vez que sale un bicho logra ser realmente aterrador) y todo esto con recursos completamente minimalistas.
Una propuesta muy recomendable, pero teniendo claro que su historia no es precisamente un cónclave de unicornios y colorines.
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