Oscar Lasarte, entrañable en su papel.
Miguel Gila es considerado el padre de la comedia española moderna y no cabe duda de que es el precursor del stand up en España, siendo su monólogo más célebre el de la guerra. Pero este monólogo gana más peso si se tiene en cuenta que Gila combatió realmente, con el bando Republicano, en la guerra civil española.
Y es que esta no es una biopic al uso, sino que es una película bélica con todas las de la ley. Una película que nos enseña las crudezas de la guerra y refleja cómo afecta a las personas, mostrando de manera bastante dura lo que es la neurosis de batalla. Es una película agridulce, pues contrasta la ternura del personaje protagonista con la dureza del cine bélico. Pero la verdad es que viendo la película es innegable que lo que le tocó vivir a este hombre daba para ello.
Gila fue como un tercer abuelo para los de mi generación, y le da todo un toque de emotividad que mezclen en el final de la película imágenes del Gila real. Muy contento con la película, pues es lo que esperaba de ella.
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