El cambio de mes es una de las cosas que han ocurrido este fin de semana, pero no la única. El viernes no trabajé no fui a la oficina, pero vi a la gente de la oficina igual, ya que teníamos la comida de trabajo, con sobremesa que se prolongó más o menos hasta las 20:00. Luego fui a la lonja, donde pruebo El Dorado, perdiendo in extremis en el último turno y juego al Wingspan, donde sí gano holgadamente. Para cerrar, un poco de Ricochet Robots y a casa.
El sábado me levanto más o menos pronto y la mañana me da para verme Alta Tensión (The living daylights) e ir al gimnasio y por la tarde vuelvo a la lonja, para ganar holgadamente una partida de Príncipes de Florencia y perder con igual holgura una de It´s a Wonderful World. Por la noche continúa mi cita con Timothy Dalton, viéndome Licencia para matar.
El domingo lo dedico a escribir personajes para el rol en vivo de La casa de papel que llevo a Rolea y me voy al cine en sesión matinal, donde veo El ministro de propaganda. Por la tarde, tras la siesta, le doy al Marvel Champions, donde Ironman y Warmachine derrotan fácilmente a los cuatro jinetes del Apocalipsis.
Ahora terminaré de escribir, veré algún capítulo de algo y a dormir, sabiendo que mañana no toca madrugar.
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