¡Por el Curro!
Como fan irredento que soy de Álex de la Iglesia, en cuanto tuve noticia de esta serie me lancé a por ella con avidez, sin importarme las malas críticas que está recibiendo. Honestamente, tras haberla visto, no las entiendo en absoluto. Tal vez es porque me ciega mi fanatismo por todo lo que hace este director, pero si es así bendita ceguera, porque yo la he disfrutado de principio a fin.
Es cierto que no es una propuesta especialmente orginal: un asesino se dedica a matar de forma truculenta a gente relacionada con algo chungo que ocurrió en el pasado (en este caso la Expo de Sevilla) y los protagonistas son gente a la que esto le toca de forma tangencial y tienen que resolver el caso, y a medida que avanza irán conociendo los porqués y los claroscuros. Aquí esos protagonistas son Amparo y Richi, viuda y amigo respectivamente de una de las víctimas que muere de rebote, pues no estaba en el ajo. El asesino es alguien que va con un lanzallamas y disfrazado de Curro, lo que significa una clara apuesta de la espectacularidad en detrimento de la verosimilitud, pero que a mí me funciona.
Seis capítulos, un buen reparto, un misterio bien planteado y una trama que se va deshilvanando de forma ágil, sin dejar agujeros terribles. La cogí con ganas y no me ha decepcionado ni un poquito.
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