Ya dije el jueves que este año no asistía a la Euskal Encounter, pero ello no me impidió ir ayar a la tarde-noche de visita, que me sirvió para saludar a toda la gente, algunos de los cuales no veía desde el año pasado y también para repartir las euskamisetas (de las que hablé el viernes) entre los adquirentes.
La tarde estuvo entretenida, aunque no me llegué a acercar a ningún ordenador. Lo mejor fue presenciar la ginkana friki, con preguntas, respuestas y alguna que otra prueba, musical sobre todo, acerca de series, películas y videojuegos.
Luego ya estuvimos más o menos de fiesta, en los aledaños del recinto, tomando algo, con algún que otro juego de beber entretenido, (me hizo especial gracia uno que sugirió el Malvado Mikelats, que consiste en que los jugadores van diciendo números, sin ningún criterio de turnos, y si dos lo dicen a la vez, se vuelve a contar desde el principio y tienen que beber. Chorra pero rápido y eficaz).
Y por lo demás, pues poca cosa.
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