Escribo desde Madrid, donde ayer celebramos la despedida de soltero de Manuel, y dado que es un profesional del rol (literal, tiene una editorial de juegos de rol), y nos apetecía salirnos un poco del tópico de despedida de soltero convencional, decidimos organizar una partida de rol un tanto... especial.
Los personajes éramos nosotros mismos, pero con ligeros, "matices", detalles de nuestra personalidad que el propio Manu desconocía (como de hecho no sabía que eso era una partida de rol) y que iban afectando a una despedida de soltero aparentemente convencional.
Primero nos reunimos todos con él y fuimos a tomar unas cañas y luego a cenar, claro que, como parte del plan, todos los restaurantes en los que preguntábamos estaban llenos y no había mesa (formaba parte de la broma, sí tenían) y luego un paseo de despiste, pasando por delante de lugares de alterne, sex-shops y calles de escasa recomendabilidad moral, para llegar al final al hotel donde habíamos alquilado la suite, donde sería la "despedida".
Me tocó en gracia el más rocambolesco de los personajes, ya que teóricamente yo estaba totalmente trastornado y mi intención era... matarlos a todos. Pues nada, yo que soy un mandado, acabé con todos, para acabar "muriendo", al más puro estilo Hollywood.
Unas risas, intercambio de tramas, y como ya habíamos hecho bastante el gilín, luego nos fuimos de borrachera, aunque diré una vez más que odio salir de fiesta por Madrid, y que condeno públicamente la práctica del cubata en vaso de tubo, y el hecho de que lo den sin mezclar.
Pero esto ya no es manía personal, sino cosa de sentido común. Vamos a ver, si en un vaso metes hielos hasta arriba, le echas ron, y ya no cabe nada más, ¿cómo pretende el camarero mezclarlo con la Coca-cola? (Bueno, que lo mezcle yo, que en Madrid no te dan el cubata hecho ni para atrás, es como en Ikea, que compras los ingredientes y te lo tienes que hacer tú) ¿Es que no han aprendido nada de Arquímedes?
Sin más, luego 5 horas de autobús, y el finde que viene de nuevo a la capital del Reino, para lo que viene siendo la boda.
Los personajes éramos nosotros mismos, pero con ligeros, "matices", detalles de nuestra personalidad que el propio Manu desconocía (como de hecho no sabía que eso era una partida de rol) y que iban afectando a una despedida de soltero aparentemente convencional.
Primero nos reunimos todos con él y fuimos a tomar unas cañas y luego a cenar, claro que, como parte del plan, todos los restaurantes en los que preguntábamos estaban llenos y no había mesa (formaba parte de la broma, sí tenían) y luego un paseo de despiste, pasando por delante de lugares de alterne, sex-shops y calles de escasa recomendabilidad moral, para llegar al final al hotel donde habíamos alquilado la suite, donde sería la "despedida".
Me tocó en gracia el más rocambolesco de los personajes, ya que teóricamente yo estaba totalmente trastornado y mi intención era... matarlos a todos. Pues nada, yo que soy un mandado, acabé con todos, para acabar "muriendo", al más puro estilo Hollywood.
Unas risas, intercambio de tramas, y como ya habíamos hecho bastante el gilín, luego nos fuimos de borrachera, aunque diré una vez más que odio salir de fiesta por Madrid, y que condeno públicamente la práctica del cubata en vaso de tubo, y el hecho de que lo den sin mezclar.
Pero esto ya no es manía personal, sino cosa de sentido común. Vamos a ver, si en un vaso metes hielos hasta arriba, le echas ron, y ya no cabe nada más, ¿cómo pretende el camarero mezclarlo con la Coca-cola? (Bueno, que lo mezcle yo, que en Madrid no te dan el cubata hecho ni para atrás, es como en Ikea, que compras los ingredientes y te lo tienes que hacer tú) ¿Es que no han aprendido nada de Arquímedes?
Sin más, luego 5 horas de autobús, y el finde que viene de nuevo a la capital del Reino, para lo que viene siendo la boda.
1 comentario:
Para cuando te toca a tí?
Tiene que ser la bomba,contar todos los preparativos etc.etc....
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