Ayer tocaba la tradicional cena con los del trabajo, siendo esta vez el lugar elegido para el evento el restaurante italiano Tagliatella, lugar tan recomendable como deliciosa es su pasta. Con su rissotto, sus pizzas, sus raviolis, y todo ello con esas deliciosas salsas, y la debida dosis de lambrusco.
Luego la idea era salir por ahí de bares, pero tanta ingesta de pizza hizo que un servidor se fuera para casa a eso de las 3. Bueno, la ingesta de pasta, y el hecho de que estuviéramos en el Rhum, a 1 minuto de mi casa y se quisieran ir al Soho, bastante más lejos. Así que la pereza pudo más que yo, y ante mi propia sobriedad, opté por una honrosa retirada.
Eso sí, el rato que estuve, francamente a gusto.
Luego la idea era salir por ahí de bares, pero tanta ingesta de pizza hizo que un servidor se fuera para casa a eso de las 3. Bueno, la ingesta de pasta, y el hecho de que estuviéramos en el Rhum, a 1 minuto de mi casa y se quisieran ir al Soho, bastante más lejos. Así que la pereza pudo más que yo, y ante mi propia sobriedad, opté por una honrosa retirada.
Eso sí, el rato que estuve, francamente a gusto.
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