Cartel de Mangamore
Bas/Bas, o lo que es lo mismo, que ayer hubo partido de baloncesto y fiestas de Basauri. Pero hubo más cosas, y entre ellas están las jornadas de manga y cultura japonesa "Mangamore", a las que hacía mucho que no asistía.
Fui encogido, pues íbamos en un Mini, y aunque había mucha cosa para ver, no vi muchas, ya que entre que estuve poco tiempo y que me pasé más rato saludando gente que otra cosa, pues no hubo mucha ocasión. Sí me dio tiempo, al menos, a que me explicaran las reglas del koi-koi, un juego de cartas japonés, de enrevesadas reglas, al que había jugado con la Nintendo DS, pero sin enterarme.
Sin embargo, no era realmente el Mangamore lo que me llevaba a Amorebieta, sino que teníamos comida de cumpleaños, de Nahia. Y dado que era el día del tema asiático, al chino que nos fuimos en manada a comer. Y bastante comida, por cierto.
No me quedé por la tarde, puesto que tocaba baloncesto, y aprovechando que Asier y Susana (compañeros de basket y viajes, como Moscú y Charleroi) viven ahí, pues quedé con ellos para ir a Bilbao. Ya en la villa, antes de ir al baloncesto, pasamos por el Beerbao, una feria de cerveza que había en el mercado de la Ribera, aunque como odio la cerveza, pues ni la probé. Sí, soy consciente de que habrá quien me llame hereje por ello.
Luego al partido, del que no me extenderé mucho, ya que no fue muy bien (me suena que es malo que el otro equipo meta más puntos), pero ya ha empezado la liga. Y al acabar, rumbo al metro, dirección Basauri, donde la escasez de alcohol no impidió que fuera una noche con tintes surrealistas, con bares cuya música nos hacía dudar si habíamos retrocedido 50 años en el tiempo. Y lo que es más alarmante: que el único tequila que nos bebimos en toda la noche... ¡estaba rico!
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