Diez kilos de juego.
Un clásico de nuevo cuño es el Gloomhaven, un juego de mesa cooperativo con un larguísimo modo campaña, que puede durar varios meses, hay quien dice que incluso años, y que hoy hemos tenido a bien empezar.
Después de un largo despliegue (mucha cosa que destroquelar y enfundar) hemos podido jugar el escenario introductorio, y estas son mis impresiones:
-Es difícil. El primer escenario lo hemos conseguido, pero por los pelos. Tocará palmar muchas veces, seguro.
-Recuerda a una versión mejorada del Descent, con lo de ciudad-viaje-mazmorra.
-Es importante saberse las cartas y saber muy bien cómo pnaiificar cuáles se va a jugar cada turno y gestionar bien los descansos.
-Tenemos campaña para rato.
-Las reglas son bastante sencillas y de momento parece que bien explicadas.
-Va a costar mejorar los personajes.
Todavía es pronto para sacar más conclusiones que esas y hacer un análisis más profundo, pero la primera partida mola y nos ha dejado con ganas de más.
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