Obviamente no es lo que parece (es atrezzo).
Un fin de semana de tres días y me voy a lo fácil, que es hacer la reseña (pero en vez de en domingo, en lunes). Empezar, lo que es empezar, como siempre el viernes, con los clásicos de trabajo, gimnasio, bajar dos veces a la oficina a por sendos pedidos que me llegaron uno detrás de otro, lonja con juegos de mesa, paseo y cena en casa de un amigo. Luego paseo hasta casa y a dormir.
El sábado un poco lo mismo de dormir, ordenador, gimnasio, comer, sofá con siesta y luego a la lonja, a echar una partida del Mansions of Madness, en la que para practicar el idioma jugamos en inglés. Y me veo sorprendentemente menos perdido de lo que esperaba. Eso sí, no gano ni de coña.
El domingo gimnasio y luego comida en la pizzería argentina y de sobremesa empieza la que sería la partida de rol más larga que he dirigido nunca. Empezamos sobre las 16:00 y terminamos a medianoche, con la segunda sesión de la fascinante Estrellas Anónimas, que en ningún momento se llega a hacer larga. Luego vamos a buscar cena bajo la lluvia, compramos unos kebabs y nos tiramos de charleta hasta las 4, arreglando el mundo.
Lunes, pues casi como si fuera un domingo, con las mismas rutinas mañaneras y por la tarde una fructífera sesión de Pandemic Legacy en la que jugamos dos partidas y ganamos ambas.
Y eso ha sido más o menos todo.
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