Jimmy Hopkins, encarándose con el director.
En 2007, la desarrolladora Rockstar, conocida sobre todo por la saga GTA (y Red Dead Redemption), sacó esta gamberrada, y nunca mejor dicho, que es Bully, un juego que traslada muchas de las mecánicas a un entorno en apariencia más ligera pero en el fondo más hostil, que es un prestigioso y severísimo colegio caro, la academia Bullworth, al que nuestro personaje es destinado.
Ahí, tendrá que lidiar con las asignaturas, los profesores y sobre todo los matones, debiendo hacer encargos para las diversas facciones (los empollones, los deportistas, los pijos...) que pueblan el colegio, y para ello tendrá que romper muchas veces las normas, sin que le pillen.
Al igual que los GTA, Bully es un juego de mundo abierto (aunque el mapa, que solo incluye el colegio y el pueblo de al lado, no es tan extenso como en otros juegos), en el que podemos hacer las misiones o pasar olímpicamente de ellas y dedicarnos a hacer el cabra, pero con cuidado de que no nos vean las autoridades, pues tenemos un gamberrómetro, y si se dispara demasiado, no nos van a disparar no detener, pero sí castigar y mandar al despacho del director.
Otra cosa que caracteriza a este juego es que, al estilo del clásico School Daze, cada cierto tiempo sonará la sirena, que nos hace ir a clase, siendo las clases "opcionales", pero con cuidado de que no nos pillen haciendo pira, o nos mandarán por la fuerza. Las clases, además de ser minijuegos en sí mismos, sirven para ir desbloqueando armas, trajes y habilidades. Por ejemplo, la clase de inglés servirá para tener mayores probabilidades de éxito al besar a las chicas (o a los chicos, que también se puede) y subir así la barra de vida.
Para ser un juego de este estilo es razonablemente corto y sencillo, pudiendo incluso recopilar los desbloqueables sin demasiada complicación (y es un detalle que si sacamos buena nota en Geografía, nos los indique en el mapa y no nos volvamos locos buscando).
Un juego muy divertido, muy gamberro y al que además le tenía ganas, pues lo compré cuando salió y lo empecé, pero me debió de pillar alguna mudanza de por medio y se me perdió el juego. Aunque eso me permitió descubrir, al comprarlo en la tienda virtual de la Xbox, la edición Scolarship, con más asignaturas y pijaditas.
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