La arena, antes de recibir a los gladiadores.
Hoy, pese a ser sábado, el despertador ha sonado a las 7 de la mañana, pues a las 8:00 tenía que estar en el BEC, para acudir al examen de bomberos de la Diputación Foral de Bizkaia. Y no, no es que me haya dado por ser bombero, sino que me tocaba vigilar el examen que empezaba a las 11:00.
¿A las 11? Sí, pero una de las medidas contra el Covid, que ya se aplicó en los exámenes que vigilé en septiembre, es que los opositores vayan entrando escalonados, en un proceso que empieza tres horas antes y es un verdadero suplicio para los que llegan a primera hora, sobre todo porque por decisiones del tribunal, que no entiendo muy bien a qué obedecen, desde las 10 hasta las 11 que empieza el examen no podían tener nada encima de la mesa, ni apuntes ni móvil ni nada.
El examen en sí ha durado dos horas y media, sin más incidentes que un terrible aburrimiento y la batería del móvil que iba menguando. Pero ya ha pasado y gracias a hoy he generado un día de vacaciones que sin duda el Jokin del futuro agradecerá.
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