Opositores, justo antes del examen escrito de coreano.
Los Daft Punk se unieron a la banda de La Casa de Papel para organizar una mezcla entre Saw y Humor Amarillo. Lo llamaron "El juego del calamar".
Es la serie del momento, y hay que admitir que pese a sus errores es bastante adictiva, y además encierra (bueno, más bien contiene, que es muy evidente) una critica social a los efectos del capitalismo más salvaje en Corea del Sur, siendo sobre todo una serie muy fácil de consumir (siempre que no se trenan problemas con la sangre y las tramas truculentas, clar), con un ritmo narrativo bastante ágil.
Esto va de que por razones que se explican en la serie, un montón de coreanos empobrecidos y comidos por las deudas acaban sometitos a una suerte de siniestras "oposiciones", en las que el premio es una considerable cantidad de dinero (al cambio unos 25-30 millones de euros), pero el castigo para el fracaso es la muerte. Un poco como en los exámenes de ciudadanía de 2084, vaya, con el añadido de que aquí losp participantes también se identifican por el número.
Es divertida, y me la he ventilado en una semana, pero es necesario admitir que es una serie a la que se le ven las costuras, con muchas cosa que no tienen sentido, tramas que no llevan a ninguna parte (¡hola, señor policía!) y giros de guión que se ven venir prácticamente desde el comienzo de la serie, pero en el fondo nada de eso importa, y se le perdona porque la gracia de la serie es ir viendo a qué retorcidas pruebas someterán a los infelices participantes y cómo saldrán de ahí. Serie de ver comiendo palomitas.
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