Sale Luis Tosar, con eso me basta.
Empieza de forma un poco atropellada y casi hasta confusa, haciéndonos sentir como si hubiéramos cogido la película ya empezada. Un poco como lo que pasa con esta crítica.
Luego ya nos vamos enterando de qué va la feria: Luis Tosar es Juan, un arreglador del CNI, que se dedica a hacer de todo un poco, y aquí concretamente se está dedicando a sacar trapos sucios a un político aparentemente inmaculado, al tiempo que tiene que desarticular un peligroso atentado terrorista y lidiar con los problemas de su vida personal.
Lo interesante de esta película, sin embargo, no es tanto la historia que cuenta, sino el trasfondo que nos pinta, donde las cloacas del poder hacen y deshacen a su antojo, aderezando con las demoledoras frases que de vez en cuándo nos suelta el personaje interpretado por Miguel Rellán. Cuenta también con escenas muy interesantes (genial la resolución de lo que pasa con la estrella del fútbol) y la aparición en pantalla de Budapest y, sobre todo, Bilbao. Aunque lo de comprar droga a plena luz del día en la pasarela Pedro Arrupe se me hace un poco raro, eso sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario