No exagero: es el mejor videojuego de Indiana Jones.
Puede que el pie de foto haga enardecer los ánimos de algún fanático de Indiana Jones and the fate of Atlantis, y puede que yo también lo hubiera hecho de haber leído tan osada afirmación antes de probarlo, pero lo cierto es que esa joya que se ha sacado Bethesda de la chistera (o más bien de la fedora) es una verdadera obra de arte. Es sencillamente perfecto.
Recuperando por completo el sabor y el espíritu de las películas clásicas, ya desde esa escena inicial en la que replicamos perfectamente la escena inicial de En busca del arca perdida nos metemos de lleno en el universo de aventuras del arqueólogo más famoso del cine, que tiene que volver a recorrerse medio mundo para buscar reliquias ancestrales, desenterrar secretos místicos y pegar puñetazos a nazis.
Gráficamente es una pasada, con un grado de detalle que hace que muchas veces nos sintamos como si estuviéramos viendo una película, con un rejuvenecido Harrison Ford que de verdad nos lo creemos. Unos decorados fastuosos y una dirección de fotografía que es puro Hollywood, dotando de gran dinamismo y epicidad a las escenas climáticas.
La jugabilidad es otro punto fuerte. Siguiendo un esquema de mundo más o menos abierto, en la aventura habrá además de puzzles y acrobacias un montón de cosas a desbloquear y descubrir, lo que le da una enorme rejugabilidad. Tiene además un simpático sistema de progresión, en el que podemos ir gastando experiencia en comprar habilidades, pero solo si antes hemos conseguido el libro que la contiene. El combate está bastante bien y tiene una variedad de armas cuerpo a cuerpo que nos ofrecerán momentos impagables (solo diré que hay un logro que se desbloquea rompiéndole una mandolina en la cabeza a un fascista).
Esto enlaza con una cosa muy importante y muy de Indiana Jones, que es el humor. Tiene momentos épicos, por supuesto, y los tiene solemnes, pero capta de manera maravillosa el tono de la saga, con momentos que son desternillantes (quien los haya jugado entenderá a qué me refiero con la escena del confesionario) y 100% Indiana Jones.
Los personajes son otra de las virtudes de este juego. Hay un elenco de personajes secundarios y villanos que tienen carisma y están bien construidos. Gina Lombardi no tiene nada que envidiar a Sophía Hapgood o Marion Ravenwood, el misterioso Locus llena la pantalla cada vez que sale y Emmet Voss es un villano tan asqueroso como inolvidable.
De aspectos negativos, si es que se le puede buscar alguno, diría que la IA de los enemigos es cuando menos mejorable, pero también es verdad que me regaló momentos cómicos, como la vez que en una de las bases noqueé a todos los soldados fascistas menos a uno y, como están programado para dar la alarma cada vez que ve un cuerpo, yo estaba escondido en un rincón oyendo cómo cada poco el pobre hombre se ponía a dar gritos para alertar a toda la base (porque al de un rato se le pasa, claro). Aunque claro, es un fascista. Tampoco podemos pedirle que sea listo.
Esperaba muy poco de este juego y si lo jugué fue únicamente porque me venía incluido en el Gamepass, pero tengo claro que es uno de los mejores videojuegos de los últimos años y me ha hecho sentirme como me sentí la primera vez que vi una película de Indiana Jones.
Sobresaliente.
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