jueves, 23 de julio de 2009

GTA IV

Niko Bellic, protagonista del juego

Ayer me pasé por fin el GTA IV, el que para mí no es que sea el mejor videojuego del mercado, sino que es, además, la razón por la que me compré la XboX 360.

¿Y de qué va el GTA? GTA, siglas de Grand Theft Auto, es la secuela de una exitosa saga de polémicos juegos, en los que el protagonista puede perpetrar lindezas como robar un coche, atropellar gente por la calle, golpear a un transeúnte o disparar a un policía. ¿Educativo, verdad? Realmente no sería justo decir que el juego vaya de eso. Sería más acertado decir que el juego permite hacer eso.

¿Eso cuántos puntos menos son en el carnet?

GTA IV es una película de acción, con su argumento, sus fantasmadas (subirse a pulso a un helicóptero en marcha desde una lancha no tiene precio), sus diálogos, sus personajes, y su protagonista, Niko Bellic, un inmigrante serbio que llega a una ciudad sospechosamente parecida a Nueva York, donde tiene que ganarse la vida, haciendo misiones para mafiosos de medio pelo, hasta ir ascendiendo en la escala evolutiva del crimen urbano. Ahora bien, entre misión y misión, nada impide coger el mando y dedicarse uno a hacer el cabra, soltando contra los indefensos peatones toda la rabia y la adrenalina. Pero oye, son sprites, no personas, no sufren.

Llegado a este punto, emplazo a quien no sea capaz de diferenciar la realidad de un videojuego que no siga leyendo, que nunca pruebe el juego, y que por si acaso nunca se acerque a una videoconsola (ni a un videoclub, ni por si acaso a un libro).

Liberty City, todo parecido con Nueva York es puro plagio.

El juego es una maravilla en todos los aspectos, y la ciudad está perfectamente recreada para parecerse a Nueva York, con su Central Park, su 5ª Avenida, su Estatua de la Libertad, su puente de Brooklyn, todos ellos con sus nombres cambiados. El motor físico está también bastante logrados, y las escenas de acción (dentro de lo fantasma que es el juego) quedan bastante logradas, y la sensación de conducir, sin ser ni por asomo un simulador, es bastante cómoda. Lo mejor del juego es su jugabilidad, con un manejo intuitivo, que permite pillarle el truco en seguida.

¿Es ilegal disparar con un lanzamisiles a un coche patrulla? ¡Qué país!

Otra cosa ya clásica que caracteriza al GTA es la sempiterna presencia policial, que en cuanto uno delinque un poco ya está encima, viniendo primero a detenerte, y pasando a métodos más expeditivos si nos resistimos. Mucho decir que América es el país de las libertades, pero en cuanto robas un coche y atropellas a un par de personas con él, ya tienes a toda la policía encima. Si es que...

Playboy X: la mejor frase de todo el juego.

Si algo caracteriza a este juego es su libertad, que te permite hacer prácticamente lo que te dé la gana, pues puedes hacer el cabra, sí, pero también puedes hacer cosas más civilizadas, como conducir por el mero placer de hacerlo, jugar a los bolos, tomar unas cervezas con un amigo, navergar por Internet... al más puro estilo Sims.

Y la otra cosa que caracteriza al juego es su sentido del humor, quedando claro que los diseñadores de Rockstar son unos cachondos, y algunos personajes son verdaderamente tronchantes, como el descerebrado Brucie, o Playboy X, con una de las mejores frases que he podido ver nunca en un videojuego, "Tío, soy como Jesús,¿ sabes? A veces tenemos que hacer cosas que no queremos. Míra a Jesucristo, él también tuvo que matar a toda esa gente, a San Juan Bautista y tal" (Mi ataque de risa no fue pequeño).

Como puede verse, diferencio perfectamente realidad y juego.

Pero que nadie se alarme, que no por jugar a esto me va a dar por atropellar a nadie, que si después de tantos años jugando al Arkanoid nunca he sentido el impulso irrefrenable de romper paredes a pelotazos, esto no va a ser la excepción. E insisto, quien no sea capaz de ver que un videojuego no tiene por qué ser una forma insana de soltar adrenalina, tal vez sea porque tiene un problema.

1 comentario:

Aratz dijo...

Soy geneticamente superior.

-Brucie