jueves, 17 de octubre de 2019

Mientras dure la guerra

Karra Elejalde, genial como Unamuno.

Amenabar es un director que estaba en mi Olimpo de cineastas, pero tenía un problema: cada película suya me gustaba menos que las anteriores, llegando hasta Regresión, que sin ser horrible me resultó incluso mediocre (peor desde la perspectiva que en el momento), pero aquí consigue romper esa tendencia y nos pone una película muy disfrutable en la que la dirección de actores brilla a un nivel altísimo, alcanzando casi las cotas de Mar Adentro en ese sentido, con los personajes que saltan de los libros de historia para irse a la película. 

Miguel de Unamuno, el bilbaíno más universal, es un personaje que ya de por sí tiene un atractivo especial, pues no en vano estudié en el instituto que lleva su nombre y además tenía raíces en Bergara (como mi señora madre), y el tema de la guerra civil, ese periodo oscuro de nuestra historia, siempre resulta llamativo.

Aquí nos trasladan a 1936, los inicios del conflicto y se centra en las figuras de Franco y Unamuno, magistralmente caracterizados junto con un también soberbio Millán Astray, que es la tercera pata del banco (¡chistes de cojos, el último grito en humor ingenioso!). En el caso de Karra Elejalde, incluso a pesar de que su inconfundible voz le delata, costaba creerse que fuera Karra y no un señor distinto imitando su voz. Airbag fue su salto a la fama y con 8 apellidos vascos consiguió el éxito, pero este Unamuno es, sin lugar a dudas, el papel de su vida. 

De esta película me gusta mucho que consigue demostrar que humanizar no significa dulcificar (Franco era un hijo de puta y un fanático, pero un ser humano. Un ser humano terrible y un terrorista, pero humano), y nos cuenta la historia de una forma tan verosímil que asusta. Y asusta sobre todo porque el discurso del fascismo es, por desgracia, muy actual, y pocas son las diferencias (nulas, de hecho) entre el discurso falangista y el de ciertos partidos que se autodenominan de "extrema necesidad".

Como también es de plena vigencia el maravilloso discurso final de Unamuno, en una escena que creo que podría ver repetida en bucle una y otra vez. ¿De verdad vamos a tener que esperar a febrero para que le den el Goya a mejor actor a Karra Elejalde por su Unamuno? ¿No se lo pueden ir dando ya?

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