Hacerte mayor es que te regalen calcetines por Navidad y eso te haga ilusión.
Un trámite a pasar son las navidades, época del año que no me gusta nada. Pero tiene de bueno que no se trabaja, y el 24-25 es una especie de fin de semana entre medias, que nunca viene mal. Mañana toca trabajar, y el viernes, pero luego hasta después de Reyes ya nada.
La verdad es que este año el plan ha sido muy similar al del año pasado, con la tarde jugando al T.I.M.E. Stories y la noche cenando con mi señora madre y su señor marido. Tras la cena, rodar hasta casa, pero esta vez un poco más de paseo, pues me acerco a hacer una visita a una amiga que tenía que trabajar toda la noche (en urgencias del hospital), y a llevarle algo de tarta, para que se le hiciera un poco más llevadero.
Hoy me he despertado pronto, como a las 7:45, puede que reminiscencia de cuando me levantaba pronto para atacar los regalos, pero como no había, una vuelta y dormir cinco minutitos más... es decir, que me he levantado pasadas las 11.
La comida de navidad, pues me he cocinado un arroz con jabalí estofado y he comido yo solo en mi casa, más a gusto que un arbusto, y he alternado entre ordenador, tele y consola, antes de ir a casa de mi padre a por el simbólico intercambio de regalos (el de verdad, una tele por una impresora, ya lo habíamos hecho) y luego a la lonja, a probar juegos de mesa, ganando sendas partidas de Clank!, How to rob a bank e Incómodos invitados.
Y ya a casa, que mañana toca madrugar.
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