miércoles, 18 de diciembre de 2019

Peaky Blinders

Los más malotes de Birmingham.

Una de las series de moda, la verdad es que tuve que intentarlo varias veces hasta cogerle el punto. Hace más de 4 años me dio por ver el primer capítulo y no me enganchó nada, aunque sí le veía buena pinta. Pero supongo que me puse a ver otras cosas y ahí se quedó. Este año me puse de nuevo, pero la dejé colgada a mitad de la segunda temporada, hasta que me dio por retomarla. Y esta vez sí, he podido ver a gusto las cinco temporadas que de momento la componen.

Basada en una banda criminal histórica, Peaky Blinders no es una serie sencilla de ver, siendo a veces un tanto lío de nombres y datos, requriendo un poco de contexto histórico para enterarse de lo que pasa, lo que no siempre es sencillo (puede que para el público británico, más familiarizado con la historia de Reino Unido e Irlanda sea más fácil, claro), y es que además de las peripecias de los Peaky Blinders y su líder Thomas Shelby (un personaje bien construido, a veces odioso a veces admirable) es una visión al primer cuarto del siglo, empezando con los personajes recién llegados de la primera guerra mundial, de la que son veteranos, y habiéndose quedado de momento en los comienzos de los años 30, con el auge del fascismo en Reino Unido (con un discurso terriblemente actual, por cierto).

Impecable en lo visual, traslada muy bien la acción a la estética de la época en la que se desarrolla, poniendo mucho mimo en que la vestimenta o el habla nos haga creer que estamos en los años 20 del siglo pasado (los años 20 por antonomasia) y esto unido a personajes sólidos, muchos de ellos históricos, junto con todos los elementos del cine de gangsters, hace que se entienda el éxito de la serie. Aunque, ojo, es una serie que no da tregua al espectador, y cualqueir distracción puede llevar a perder por completo el hilo argumental, y no será el primer ni el último capítulo en el que he tenido que reiniciar por haberme perdido. Vale, también ayuda que yo me distraigo con el vuelo de una mosca.

Ahora, como no podía ser de otra manera, el imprescindible tributo a lo South Park.

No están todos los que son, pero espero que sean reconocibles. 

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