lunes, 10 de noviembre de 2025

Crónica del Double Feature 3

Una instantánea del Monsterverse.

Esta historia empieza a las 6 de la mañana del viernes. No tocaba ir a trabajar, pero sí coger un tren a las 7 de la mañana (el que me pillaba mejor, que era a las 12:15 ya estaba completo), así que a las 11 ya estaba en la estación del AVE de Segovia, que pilla aproximadamente a tres día en camello de Segovia capital. 

Allí intento coger el autobús, pero justo se escapa, de modo que termino compartiendo taxi con más gente que tenía la misma intención que yo. Todo bien, salvo por la parte en la que el taxi casi se marcha con mi mochila cuando me bajo para cogerla del maletero, aunque queda en susto.

Estaba ya en Segovia, pero había un problema: no eran ni las 12 y yo hasta las 17:30 no podía ir a la casa rural del evento. Así que dando vueltas como un tonto (se descartaba el turistero porque estaba cayendo un chaparrón terrible). Entre la Switch y un móvil cuya batería se iba acercando peligrosamente a porcentajes de una cifra paso la mañan, como algo por ahí y por fin a eso de las 17 cojo el taxi. El autobús me habría supuesto esperar otra hora más de nada y caminar media hora bajo ese diluvio de dimensiones bíblicas. Son las 17:30 y ya estoy en la casa. Saludos, besos, abrazos y me voy a echar una siesta, que estoy muerto.

Esa noche hay dos partidas de rol en vivo, o partida y media, según se vea. En lo que podríamos llamar "Universo B" éramos nosotros mismos pero con pequeñas (aunque delirantes) variaciones. En mi caso había dejado mi plaza de funcionario y cada día trabajaba de algo distinto. De las profesiones que fui inventando recuerdo que dije haber sido mecánico de tractores, guardaespaldas de Pedro Sánchez, repartidor de Glovo en Tanzania, cura baptista-episcopaliano, mamporrero del emérito, saxofonista de porno alemán, montador de stands en la feria de Essen, guardia suizo del Vaticano, abogado de Nintendo, comercial de Viagra, doble de escenas de riesgo, ginecólogo de nutrias, domador de dinosaurios, contador de dientes de cocodrilo, duelista por encargo, director de campaña. Y prometo que no era de los más surrealistas. Después se vino la partida del Monsterverse, algo muy loco donde lo mismo había sirenas y demonios que personajes de Riverdale y otros históricos como Einstein y Bram Stoker.

A eso de las 4 terminamos y ya me fui a dormir. El sábado la sobremesa del desayuno se fusionó con la comida y por la tarde fue de convivencia, batalitas y repasar los personajes del vivo de la noche: La isla de las abducciones, una extravagante parodia de La isla de las tentaciones, en mitad de una invasión alienígena, con momentos en los que era difícil contener la hilaridad.

Sobre las 5 de la mañana ya plegué velas y me fui a dormir. La mañana del domingo similar a la del sábado, con una breve siesta hasta las 4, que tocaba recoger. Tenía otro tren, pero no desde Segovia sino desde Valladolid, que me lleva Luis, y allí aprovechamos para tomar algo con Loki. 

A las 18:43 cojo el tren, donde recibo las maravillosas noticias de la paliza del Bilbao Basket al Zaragoza, y algo más tarde de las 22:00 ya estaba en casa.

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