Paul Urkijo, que prometía con Errementari y brilló con Irati, se consagra como uno de los grandes directores de cine nacional. Como le he dicho a él, para mí es el Guillermo del Toro vasco, por su capacidad para generar atmósferas de fantasía oscura y llenar la pantalla de pura magia.
Gaua es un recorrido por la mitología vasca por medio de historias cortas entrelazadas, en una época de oscurantismo recordado por el juicio a las "brujas" de Zugarramurdi, a las que la película brinda un nada disimulado homenaje.
Rodada en un euskera que trata en la medida de lo posible emular el de la época, Gaua nos traslada perfectamente a esas noches llenas de mitos que cobran vida y leyendas que se hacen realidad, sin que podamos apartar la vista de la pantalla. La mayor pega que le veo es su corta duración, porque hace que nos quedemos con ganas de más.
Lo cierto es que cuando saque su siguiente película, allí estarñe yo para verla. Muy recomendable.
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