Una pareja muy unida.
Tim y Millie son una pareja en crisis que ante la oportunidad de ella de tener un nuevo trabajo deciden lanzarse la aventura y se mudan al pueblo, dejando atrás la ciudad y los amigos que tenían. La vida en el pueblo les obligará a estar más juntos que nunca, ya que algún tipo de maldición extraña hará que sus cuerpos se vayan fusionando, de la forma más literal y dolorosa posible.
Consciente de lo ridículo de la premisa, Michael Shanks opta por darle un punto de mamarracheo con el que la película renuncia a tomarse en serio a sí misma en favor de ser divertida, y es que eso sí lo consigue. Tampoco es que sea comedia per se, pero intenta no darle un toque excesivamente solemne, que en mi opinión no le habría funcionado.
Pone mucho el foco en la relación previa entre la pareja protagonista. Dave Franco está muy bien y de Alison Brie qué voy a decir que no haya dicho ya, siendo una actriz estupenda y una de mis musas desde que la descubrí en Community.
En el lado negativo puedo achacarle que para mi gusto empieza un poco dubitativa y que como le cuesta arrancar abusa de los falsos scare jumps, esos sustos que se basan únicamente en subir la música muy de golpe cuando en realidad no pasa nada. Diría que la historia en realidad no tiene demasiado sentido, pero es que tampoco creo que lo necesite. Es una propuesta original y fresca que sirve como entretenimiento, y a veces con eso basta.
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