lunes, 17 de noviembre de 2025

La larga marcha

Esto que sales a dar un paseo y te lian.

Antes de Los juegos del hambre, Stephen King (bajo el pseudónimo de Richard Bachman) escribió una novela en la que unos EEUU distópicos y arrasados por la guerra montaban una competición en la que cada estado mandaba un chaval a un concurso donde uno conseguiría el dinero y la gloria y los otros la muerte. Ahora esa historia llega al cine, precisamente de la mano de Francis Lawrence, director de algunas secuelas y precuelas de la saga de Panem. Y se nota, porque esta película tiene totalmente ese toque de distopía juvenil donde la premisa es simple: deben caminar sin bajar de 5 Km/h, y si se quedan rezagados les pegan un tiro. Así hasta que solo quede uno (hola, Juego del Calamar).

Tiene sus cosas buenas, pese a que el argumento (un poco disimulado guiño a la guerra de Vietnam) tiene sus cosas que chirrían, y se agradece que intenten dar un poco de chicha a los personajes. No son unas construcciones excesivamente complejas pero al menos no los reduce a masillas prescindibles. También tiene su gracia ver a Mark Hamill en su papel de villano y en su aún menos disimulado homenaje al emperador Palpatine en la escena final.

No puedo decir que no me lo haya pasado bien con ella, aunque es una película que no aburre, va claramente de más a menos y es que no consigue transmitir lo que para mí debería ser el elemento nuclear del relato: el cansancio. Yo puedo dar el salto de fe y jugar a creerme que es físicamente posible caminar sin descanso durante casi cien horas seguidas, pero esta suspensión de la incredulidad se cae cuando fracasa al transmitir algo tan importante. Llevan días andando y parece que lleven un paseo de media hora. Podría parecer que estoy siendo picajoso, pero es que si la película va literalmente de eso, pues... 

Entretenida y gracias.

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