A falta de foto de grupo pongo a esta simpática ardilla.
Ya estoy en casa (he llegado hace un rato, pero me quería duchar, meter la ropa en la lavadora y todas esas cosas) y toca hablar de un fin de semana que me ha vuelto a tener alejado de Bilbao.
El viernes cogía el avión, pero a una hora bastante más razonable que el tren de hace una semana y llegaba a Manises a eso de las 13:20 y me tocó esperar un poco a que vinieran a recogerme, pero no 5 horas sino unos 20 minutos. De ahí nos fuimos a meternos una espectacular paellla al senyoret entre pecho y espalda, antes de ir al campamento de Buñol.
Ese día fueron presentaciones, cena (la comida del sitio estaba bastante bien, todo hay que decirlo) y algunos ejercicios teatrales bastante graciosos,s eguidos de una charla-coloquio sobre rol en vivo (el leit motiv del evento) que se prolongó hasta bastante entrada la madrugada (yo me acosté sobre las 3 y hay gente que aún seguía).
El sábado por la mañana lo dediqué a descansar, pero también a participar de las tertulias que iban surgendo y por la tarde doble actividad: un taller de improvisaciones teatrales y una partida cortita de rol en vivo muy desternillante: Rural FM, donde éramos una emisora de radio de la España más berlanguiana. Por la noche la partida en la que participamos todos "RENFE", con un descacharrante viaje en tren. Luego tertulia, pero a eso de la 1 me vence el sueño y me retiro.
Hoy domingo un poco de despedidas, un microvivo parodiando la pretenciosidad en el rol en vivo, un inento de crear otro al vuelo y después de comer me llevan al aeropuerto, espero un rato y cojo el avión de vuelta a Bilbao.
Sobre las Conrol en sí, más que unas jornadas eran un punto de encuentro entre creadores de rol en vivo, donde primaba más la convivencia y el compartir ideas (éramos poquitos, creo que 19) que jugar en sí. Hubo espacio para ello, como ya he señalado, pero no era el plato principal.
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