Parece una cutrez de las de dar vergüenza ajena y no miente.
De esta película puedo decir dos cosas postivas. Una es que es honesta: promete una porquería ridícula y es exactamente lo que da y la otra que al menos tiene la decencia de no aburrir.
El hilo conductor es que el humorista JJ Vaquero, que hace de sí mismo, tiene un bar en Valladolid, "El erizo", que atraviesa un momento económico muy malo y tienen que hacer todo tipo de maniobras para salvarlo, lo que por supuesto excluye cualquier maniobra medianamente funcional. Además de eso, Vaquero tiene que lidiar con su vida familiar, y como buen hombre de mediana edad en comedia familiar que se precie, es un gañán absoluto, que solo sabe cagarla y si sale airoso es por el superpoder del guion.
Este hilo argumental, como tampoco debería sorprender a nadie, es solo la excusa para que la películ vaya avanzando y sirva de excusa para el festival de cameos (aquí sale medio club de la comedia) y chistecitos, con algunos graciosos y otros terribles y algunas escenas en las que ni siquiera se molestan en fingir que están actuando y no de charleta en el bar mientras los graban.
El resultado es la cosa cutre que uno podría esperar y con un nivel actoral promedio bastante lamentable (es lo que tiene que la mayoría de sus protagoniostas ni siquiera sean actores), pero quien se meta a ver esto debería saber consciente de dónde se está metiendo.
¿Es una mierda? Sí, sin duda. ¿Me esperaba otra cosa? La verdad es que no. ¿Entonces por qué demonios fui a verla? Me acojo a la quinta enmienda.
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