sábado, 5 de diciembre de 2020

Tarde en el museo

Como no me dejan ir a ver las de verdad, me voy a ver las copias.

Aunque por la foto podría parecerlo, no me he ido al Vaticano, que es donde está el Laocoonte original, sino que he decidido visitar el museo de reproducciones de Bilbao, una iglesia reconvertida que exhibe réplicas de algunas de las esculturas más famosas de la antigüedad, como el Discóbolo (que pude ver en Londres), la Victoria de Samotracia o la Venus de Milo, entre otras. 

También había, alternándose con las obras de la exposición permanente, obras de la exposición temporal "20 cuerpos, 20 artistas", con vídeos, fotos, dibujos, esculturas hechas en pan y montajes inclasificables hechos en neveras viejas (literal), que rompía un poco con la idea del museo y he de reconocer que no me ha hecho mucho chiste. Pero ya que estás ahí, pues lo ves.

El museo en sí, que no lo conocía, me parece una idea muy simpática pero que podría estar mejor aprovechada (podrían aprovechar el concepto y hacer, por ejemplo, una pinacoteca de cuadros clásicos y quedarse tan a gusto), y también tenía la sensación de estar un poco abandonado, aunque daba gusto la exquisita amabilidad de los empleados del museo (no es coña, de verdad que eran encantadores).

En general, un museo que se ve en seguida (habremos estado poco más de una hora y nos ha dado tiempo a verlo todo sin prisas) y poco concurrido, hasta el punto de que la primera media hora hemos estado solo nosotros. Por 3 euros que vale la entrada, merece la pena. 

No hay comentarios: