miércoles, 12 de diciembre de 2018

Durante la tormenta

Frequency+El efecto mariposa

Un matrimonio se traslada a vivir a una casa marcada por una tragedia sucedida años atrás, el 9 de noviembre de 1989, fecha con la que hay en común la presencia de una enorme tormenta de varios días, y que parece provocar extraños fenómenos, haciendo que el viejo televisor que se encuentran en la casa haga cosas raras.

Y entre esas cosas raras está la posibilidad de hablar con el otro lado de la televisión, con 1989 (sin supervisión del Ministerio del Tiempo ni nada), lo que hace que se acabe alterando el pasado, y con esa alteración, el efecto mariposa produce enormes alteraciones en el presente, que solo pueden cambiarse si se tocan las piezas adecuadas antes de que termine esa tormenta.

Si hacemos un salto de fe y jugamos a creernos lo que nos plantea la película, nos encontramos con un interesante thriller de ciencia-ficción en el que la trama se va desarrollando de forma adecuada hasta llegar a un desenlace para mi gusto un poco pobre en el que el giro de guion queda excesivamente forzado y resulta, pese a sus esfuerzos por disimularlo, muy pero que muy previsible, casi anunciado con neones. Es además muy forzado porque cuando se confirma la sospecha muchas de las piezas de la historia se comienzan a caer. Tampoco me termina de convencer el epílogo, que resulta igualmente forzado, con la sensación no solo de ser un poco pegote, sino de que matan moscas a cañonazos. 

Pero yendo al aspecto positivo (pues podría parecer leyéndome que no me ha gustado nada), la película es francamente disfrutable, con una trama que captura y escenas de tensión muy bien llevadas, jugando de forma muy correcta con la narración en paralelo de los dos frentes, pasado y presente, sabiendo muy bien cuándo cambiar el foco. Es un viaje que se disfruta mucho, hasta que termina y vemos que nos han tomado un poco el pelo. Pero se disfruta, que es lo importante.

Ahora, sin desgranar la película entera, me voy a meter en el terreno de los spoilers del tamaño de la catedral de Burgos, que desaconsejo leer a quien quiera ver la película.

Policía, alguien está destripando la película.

Que Chino Darín iba a ser Nico de mayor era algo que se veía prácticamente desde el minuto en el que sale, por mucho que intenten disfrazarlo, lo que hace que la "sorpresa" sea nula, casi ridícula. Además, aun aceptando que pueda haber cambiado legalmente su nombre, choca un poco que no le reconozcan no ya Ángel o la madre de Aitor (su mejor amigo de la infancia), sino su compañera de trabajo. ¿En serio nadie se da cuenta?  Si en esa realidad paralela Vera es la mujer de Nico, ¿nadie se da cuenta de eso en su comisaría? ¿De verdad le van a dar el caso a él, siendo ella la implicada?

También queda muy forzado que al volver a su realidad normal Vera llegue a la conclusión de que David, su marido, la engaña simplemente porque el David de la otra realidad engañaba a su mujer (¡tienes una caja de cerillas del hotel en el que engañas a otra en una realidad alternativa, eso es que me pones los cuernos!). Ejem.

En cuanto al desenlace, pues hombre, entiendo que Vera quiere reencontrarse con Nico pero igual lo de colarse en el matadero a desenterrar un cadáver y convertirse en sospechosa de un delito no era la mejor de las ideas, sobre todo cuando tenía la opción de presentarse por la comisaría y preguntar por el policía, digo yo. O ya puestos ir a verle a casa, que sabe dónde vivía.

Otra cosa que también me rechinó muchísimo, por cierto, fue el momento en el que cuando Nico le pide a vera alguna prueba sobre la muerte de la mujer de Ángel, mágicamente consigan una orden instantánea para revisar el matadero (y sin que nadie informe al dueño ni nada). La magia del cine, sí, y esto es un poco protestar por protestar, pero quedaba ridículo.

¿Me ha gustado la película? No mentiré que disfruté viéndola. Ahora, hace agua por todos los costados y se ven demasiado el humo y los espejos.

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