viernes, 26 de marzo de 2010

Señoras que vienen al mostrador

Seguro que tienen fans ahí.

El título puede parecer machista, pero espero que al terminar de leer la entrada se entienda su porqué. Obviamente al mostrador vienen tanto señoras como señores, y todos ellos son igualmente candidatos a protagonizar historias truculentas de este gran circo que es trabajar de cara al público, fértil fuente de anécdotas, de las que entresacaré 3 sucedidas ayer, dos de relleno y otra que entraría holgadamente en el Top 10 de "cosas raras que me han pasado en el mostrador".

Empezemos de menos a más. Primero con una señora que llevaba tiempo sin cobrar la renta básica, y venía a ver qué pasaba. Le faltaba una documentación, que como no traía, se le había dejado de pagar, y su queja era "llevo dos meses sin poder pagar el colegio de los hijos". Es comprensible, si los enfrenta a la educación pública corre el riesgo de que sus hijos le salgan como yo. It delivers eggs.

Vamos a por la subcampeona de ayer. Una señora que comparece y me trae un empadronamiento para que le cambie el domicilio. Le explico que tiene que llevarlo al ayuntamiento, no a nosotros. Me dice que ya lo llevó, pero que le dijeron que lo trajera aquí.

Lo consulto en observaciones, y de eso no pone nada.

-Esto, mira, que donde tienes que llevarlo es al ayuntamiento, para que tu asistente social haga con ello lo que tenga que hacer, y luego nos lo mande.
-Es que la asistente me dijo que lo trajera aquí.
-Mira, no sé qué te habrá dicho, pero dudo que te use de recadista. El procedimiento es el que es, y lo siento, pero si no me llega de tu asistente, yo no te puedo cambiar el domicilio porque sí.
-Es que ya se lo he entregado, pero me dijo que para agilizar los trámites lo trajera aquí también.
-Verás, yo si quieres te lo cojo, que por ley tienes derecho a adjuntar lo que quieras a tu expediente, pero que sepas que aunque lo traigas aquí, si no lo llevas a donde tienes que llevarlo, te puedne suspender.
-Ah, que ¿también tengo que llevarlo al ayuntamiento?
-No, "también", no. Tienes que llevarlo allí, como te he dicho desde el principio.
-Ah, entonces lo llevaré.

El poder mágico de las palabras "o si no, no cobras", que pasa de un "pero si ya lo llevé" al "anda, pues va a ser que no lo llevé".

En fin, que uno ya está acostumbrado a que le intenten engañar en el mostrador, pero a lo que uno está menos habituado es a que pasen cosas como la que sigue, que justifica el título de la entrada, y que me obligó a poner solemne cara de Poker para combatir el creo que comprensible desconcierto que me supuso:

Acude al mostrador una señora, hablaba de forma un poco extraña, pero no le di importancia, ya que por aquí pasa gente muy rara, y me dice que viene a recoger una notificación, y trae la hoja de correos. Veo que la notificación está a nombre de un tal Pepe, y le pido el DNI. Me pasa su DNI pero el de ella, pero como necesito el DNI del tal Pepe, (para saber el número, mayormente) le digo que me dé el DNI de Pepe.

Y me dice que ya me lo ha dado.

En ese momento me doy cuenta de que, efectivamente, el DNI de la señora con foto de señora... pertenece al tal Pepe.







Ella era Pepe.

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