Hay muy pocas cosas que me gusten de la navidad, pero una de ellas es lo de que el 24 y el 25 no tengo que trabajar, lo que me ha permitido tener un fin de semana con un día extra, así que comenzaré mi típico repaso de domingo-noche con el jueves.
Ese día tuve que madrugar mucho, más de lo habitual, para hacerme la PCR antes de ir a trabajar (vacunado y sin síntomas, no me podía ir a casa), y a media mañana respiré tranquilo cuando me llegó el aviso con el resultado negativo. Por la tarde, al salir del trabajo, me paso por la lonja, donde pruebo el divertido Reinos Rodados. Luego nos juntaos unos pocos, vamos a cenar, tenemos un poco de tertulia y ya sobre las 2 me retiro a mi casa.
El viernes por la mañana toca hacer un par de compras (pero no regalos, sino de las de tener comida en casa), cocino la comida del día (una rica salsa de pistachos a la pimienta para la pasta) y por la tarde voy a la lonja, para jugar otra vez al Reinos rodados, luego a los Autos Locos y por fin el Spoilers, antes de dar un buen paseo previo cena.
El sábado por la mañana me echo un par de partidas al Marvel Champions (Gamora VS Cráneo Rojo+M.O.D.O.K.), con una derrota estrepitosa y otra en la que me quedo a un punto de ganar. Para comer subo a casa de mi madre, donde ingiero comida para lo que queda de año y parte del siguiente y vuelvo a la lonja a echar la tarde, con más juegos (el infame Dungeon WC y The Others, donde gano manejando al más navideño de los pecados: la gula).
El domingo por la mañana lo dedico básicamente a dormir y jugar algo al ordenador, y tras una comida ligera y una siesta, otra tarde de juegos de mesa con derrota estrepitosa en el Azul y victoria apurada en Las ruinas perdidas de Arnak.
Mañana toca trabajar, pero la semana es otra vez de cuatro días.
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