Bellos, ciao!
Bajo este título podemos hablar de dos series: La casa de papel, una serie emitida por Antena 3 en 2017 y La casa de papel, una serie en la que los mismos actores se juntaron para hacer una serie nueva en Netflix, con el mismo título y con personajes que se llamaban igual que los de la otra serie. Pero es de esta nueva serie de la que voy a hablar ahora.
Hecho el chiste, la verdad es que poco sorprende el terrible bajón, casi al nivel del bajón de Prison Break, que pega esta serie a partir de la tercera temporada. Ya la segunda, cuando todavía era una buena serie, tuvo sus patinazos y sus momentos de golpearse la frente con fuerza (ejem, ese hospital tomado literalmente por payasos), pero la serie tenía un cierre y terminaba con la cabeza bien alta.
Debería haber terminado ahí, pero a la gallina de los huevos de oro todavía se la podía apretujar un poco más, de modo que buscaron una excusa peregrina para volver a juntar a la banda y hacer que personajes que no pertenecían a ella se metieran, y orquestar un nuevo atraco imposible. Pero todo tenía que ser más grande y más exagerado, con los malos más malos, los listos más listos y los flashbacks más sin venir a cuento. ¿Que un personaje se muere? ¡No pasa nada! ¡Hay flashbacks para todo!
Y así, la tercera temporada empezó a dar ya claras señales de que esto no conducía a nada bueno, pero del embrollo en el que la propia serie se había metido había que salir de algún modo, y los guionistas siempre se podían sacar de la chistera algo más ridículo. ¿Que hay que hacer un remake de La jungla de cristal con un supersegurata para que sea el villano? Se mete. ¿Que hay que poner a un hurón atracando bancos? Se pone. Un poco más y terminan de romper la línea de la ciencia ficción poniendo a Denver leyendo un libro.
El cúmulo de sinsentidos, cliffhangers y escenas de acción inverosímil era siempre aderezado con flashbacks que daban vergüenza ajena a la vergüenza ajena, alternando con los superplanes del profesor, en los que no importa lo que pase, TODO lo tenía previsto. "Ahá, sabía que en el minuto 83 del Leganés-Celta se iba a lesionar un delantero, lo que es clave para que mi plan salga adelante, de modo que pondré cara de intensito".
Y así va avanzando la serie, con una tercera temporada floja, una cuarta ridícula y una quinta, dividida en dos mitades, de las que la primera era directamente aburrida. Un sindiós de tiroteos y explosiones para rellenar metraje, con flashbacks de Berlin (personaje que lleva ya 4 años muerto y convertido en una parodia de sí mismo) que no parecen conducir a nada (luego se ve que más o menos sí, pero llegados a ese punto yo solo quería, como espectador, el tiro de gracia que terminara con el sufrimiento de la serie).
Llegó, por fin, la segunda mitad de la quinta (y si no nos han engañado última) temporada de la serie, que hay que decir que era algo menos horrible que la primera mitad (si bien, no voy a mentir a nadie, ya era una serie que tenía puesta de fondo mientras cacharreaba con el móvil), pero que si la vi fue ya por ver cómo terminaba. Y bueno, aquí seguía siendo ridícula, pero al menos no era todo el rato "ratatatá, bumbum", así que entretenía un poco, hasta llegar a una resolución con un final "sorpresa" y unos títulos de crédito copiando a Avengers Endgame que nos confirman que por fin somos libres y que esta serie debieron dejarla morir hace 4 años.
¿Así que al final, lo de que los capturaran a todos era un plan del profesor y lo tenía pensado desde el principio?
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