Mi cotillón de nochevieja.
Empieza el año, pero también termina el fin de semana, lo que significa tema fácil sobre el que escribir. E igual que hice hace 7 días, empezaré desde el jueves. Salí de trabajar y fui a la lonja, a jugar (y perder) a Arquitectos del reino del oeste y Azul. Luego voy un rato de terraceo y quedo con un amigo que vive en Mallorca, para cenar y ponernos al día, que llevábamos ya mucho tiempo sin vernos.
El viernes por la mañana me doy un largo paseo, hago la compra, como y por la tarde me voy al cine, a ver la insulsa Cazafantasmas. Y vuelvo andando desde Megapark, lo que unido a la caminata de la mañana hace que ese día alcance los 27000 pasos. Por la noche voy a cenar a casa de mi padre, hacemos tiempo hasta las campanadas y con el año entrante, bajo una lluvia de petardos me voy a casa, con la sana intención de quedarme y no salir.
Sábado, ya día 1, me levanto sin resaca (obvio) hago una cosa muy de 1 de enero: ir al gimnasio. Luego a casa de mi padre a comer y me doy un paseo, para bajar tanta comida. En casa me veo una peli (Cockneys vs Zombies) y a la lonja, donde se nos cancela a última hora la partida de T.I.M.E. Stories. En su lugar, tertulia y a cenar, pero como mis amigos (que sí salieron el día anterior) estaban cansados, nos retiramos pronto.
Hoy domingo, poca historia. Por la mañana gimnasio (que las navidades han traído algún kilo de más y hay que bajarlo) y por la tarde al cine, donde veo El contador de cartas, de la que ya hablaré mañana pero adelanto que no me ha hecho mucho chiste.
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