A falta de algo mejor que contar, contaré una chorrada (como suelo hacer habitualmente)
Estaba dando de alta un expediente, y una de las cosas que se hace es comprobar el empadronamiento, y buscar cada uno de los que constan en él, para detectar posibles irregularidades o fraudes, y hoy me ha tocado enfrentarme a un empadronamiento que tenía nada menos que... ¡42 personas! De ahí podían sacarse casi 4 equipos de fútbol, y una final a 8 entera de baloncesto.
¿Cómo pueden vivir 42 personas en un piso? Eso no es un piso patera, ¡es un piso transatlántico!
Ni qué decir tiene que me ha tenido un rato largo, y además era un piso en el que casi todos eran africanos (repartidos entre Mali y Mauritania), lo que implica el puteo añadido de que a veces no hay forma de saber cuál es el nombre y cuál el apellido.
La coincidencia de nombres me ha hecho encontrarme algunos con nombre de futbolista (Touré, Diarrá, Sissoko) y una concesión al frikismo, con uno que se llamaba Adama, pues por lo visto el del comandante de la Galáctica es bastante común por aquellos lares.
Por otra parte, ganas de quemar el teléfono, que hoy no paraba de sonar. Nada tan agradable como la sensación de terminar una llamada y que salte otra, todo ello con varios teléfonos sonando a la vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario