Hay veces en las que terminar las vacaciones y volver al trabajo para encontrarse la mesa llena, abarrotada de trabajo, no es tan terrible, y hay días como hoy, en los que se hace casi a gusto.
El tema de conversación en la oficina es previsible: las oposiciones. Por una parte bien, porque además de mí otros 3 compañeros están también en puestos de premio, y con el margen suficiente como para necesitar verdaderas carambolas para quedarse fuera, por otra mal, por los que se han quedado por el camino, pero es inevitable sentirse contento, y ver las cosas con un poco más de perspectiva. Aún cuesta un poco hacerse a la idea de la magnitud del logro, yo aún no me he hecho a la idea, pero es en todo caso una sensación extremadamente agradable.
No sabemos aún cuándo acabará el proceso, pues quedan aún las pruebas de euskera (de las que yo me libro por tener acreditado el perfil 3, nota máxima) y las de informática, de las que también me libro. Cuando termine, empezará el baile de posiciones, y ver dónde me manda el destino.
Y bueno, lo más raro de todo, poder estar por la tarde sin pensar en plazos, umbrales, impuestos, requisitos, situaciones administrativas, excepciones y demás chanfainas.
El tema de conversación en la oficina es previsible: las oposiciones. Por una parte bien, porque además de mí otros 3 compañeros están también en puestos de premio, y con el margen suficiente como para necesitar verdaderas carambolas para quedarse fuera, por otra mal, por los que se han quedado por el camino, pero es inevitable sentirse contento, y ver las cosas con un poco más de perspectiva. Aún cuesta un poco hacerse a la idea de la magnitud del logro, yo aún no me he hecho a la idea, pero es en todo caso una sensación extremadamente agradable.
No sabemos aún cuándo acabará el proceso, pues quedan aún las pruebas de euskera (de las que yo me libro por tener acreditado el perfil 3, nota máxima) y las de informática, de las que también me libro. Cuando termine, empezará el baile de posiciones, y ver dónde me manda el destino.
Y bueno, lo más raro de todo, poder estar por la tarde sin pensar en plazos, umbrales, impuestos, requisitos, situaciones administrativas, excepciones y demás chanfainas.
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