viernes, 14 de mayo de 2021

Falsa alarma

El examen que nadie quiere aprobar.

Hoy me he levantado con un ligero dolor de cabeza, que no era nada del otro mundo, pero ya en el trabajo, ha empezado a aumentar un poco, y la verdad es que me estaba costando centrarme. Y cuando le he comentado a la responsable que no me encontraba muy bien, me ha mirado como si estuviera endemoniado y me ha dicho "anda, tira para casa".

Dicho y hecho, me he ido a casa y, aunque imaginaba que no iba a ser el bicho (no se daban los síntomas), los protocolos hay que cumplirlos, así que he llamado al médico, y tras describir los síntomas me han "recetado" un test de antígenos.

He intentado dormitar un rato, para mantener a raya el dolor de cabeza (tenía más pinta de jaqueca que otra cosa) y he ido a por el test. La peor parte, como sabrá cualquiera que se haya hecho una PCR o un test de antígenos es cuando te meten los palitos en la fosa nasal. No es que duela, pero es muy desagradable, y hoy me ha pillado con la guardia baja y he pegado un respingo que casi me levanta de la silla. Amén de la llorera, digna de final de película de Pixar.

Me han dicho que si salía positivo me llamaban, y que si no, en un par de horas estarían los resultados. Me he vuelto a casa, sin saber si iba a ser el último rato en libertad antes de un arresto domiciliario de dos semanas, y al ver que avanzaba el tiempo sin que sonara la fatídica llamada me he ido tranquilizando, hasta que a las 14:00 más o menos ya he podido ver con alegría el resultado del test: estoy limpio.

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